Tanto ha cambiado la actividad en la ciudad, que ya ni siquiera las rutas y los colores de los buses son como antes. Uno podía entonces pararse en la carrera trece a esperar el transporte de los buses por su color, como los tradicionales "Amarillo y Rojo", que hacían la ruta "Olaya-Quiroga" viniendo de barrios como San Fernando o el Once de Noviembre y que iban para el sur hasta la calle 23, por donde subían a tomar la carrera quinta.
Los buses de la "Metropolitana de Transportes" de color rojo, azul y gris que venían de Belén, bajaban por la calle séptima hasta la carrera cuarta y por alli proseguían hasta la avenida 19. Una vez sobre esta via aceleraban hasta llegar al tapón de la Caracas, en donde estaba el edificio de Cudecom, y luego por toda esta arteria hasta la calle 28, atravesando las rotas calles de Teusaquillo, para completar en la carrera 24, a lo largo de la cual recogían los estudiantes de la Nacional o de la Libre, y remataban sobre la avenida 26, al final de la cual estaba el aeropuerto.
O en la carrera décima se divisaban sobre una cinta multicolor a lo lejos, los buses blancos de la línea "Samper Mendoza", que lo llevaban atravesando el corazón de la capital hasta el parque de la calle 23, muy cerca al restaurante de "Las Ojonas".
Tampoco se volvieron a ver los conductores uniformados de camisa caqui y corbata negra, a los que el padre García Herreros vinculaba para que le trabajaran en la ruta de el "Expreso Modelo" que terminaba sus recorridos, obviamente, en el barrio el Minuto de Dios.
Los buses azules de Sidauto empezaban ya a conformar la más grande flota de acarreamiento de la ciudad y los café y verde de "Transportes Usaquén" enlazaban barrios tan distantes como el "Veinte de Julio" y "Usaquén".
Otros como los "Buses Rojos", servían a los mas marginados barrios de la capital, destacando sus carrocerías rojizas y brillantes sobre las demás.
Y por la calle Trece, subían y bajaban raudos, los vehículos verdes de "Transportes Bermúdez" que conectaban las localidades de Germania con Fontibón. Todavía lo hacen, solo que ahora son de otro color.